Por una situación feliz de esas que a veces te regala el Universo, he podido viajar por la zona de Siria que no suelen llevar a los turistas, a pesar de tratarse de uno de los terriotorios más fascinantes de este cochino mundo: la ribera del rio Eúfrates (al furat) y la badia central, es decir la zona de desierto de piedra donde se encuentran verdaderos tesoros como la ciudad de Palmira, el Qasr al-Jair as-Sharqi o diversos yacimientos prehistóricos tanto en cueva como en tell, por ejemplo, El Kowm.
Hay mucha información que procesar, pero de momento dejo un testimonio audiovisual-festivo, de cómo es la gente y qué sonrisa tienen siempre en los labios, a pesar de que el bloqueo (impuesto por Quién-ya-sabes) al que está sometido el pais les impide vivir con normalidad, por ejemplo ante la imposibilidad de renovar infraestructuras, acceder a actualizaciones de programas informáticos o conseguir repuestos para cualquier cosa.
La gente se busca la vida como puede y ésta es una de las maneras: haciendo fiesta para los guiris en uno de los puntos clave de las visitas turísticas, la ciudad de Palmira (Tadmor). Todos ellos tienen sus trabajos diurnos en la localidad, pero sacan un sobresueldo a base de actuar. Lo hacen bien y de manera auténtica, en este local que es propiedad de otra persona de allí, dónde se pagan sueldos decentes a los trabajadores y se comparten las ganancias entre todo el grupo.
Seguiremos...