jueves, 30 de septiembre de 2010

29-s, algunas experiencias

No pretendo plasmar sesudos análisis sobre lo acontecido, solamente describir algunas experiencias que viví ayer, muy significativas en lo personal y seguramente en lo general.

La primera tuvo que ver con el papel que las mujeres desempeñamos actualmente en esta sociedad que vivimos:

  • Mi parte de trabajadora remunerada, la que acude al centro de trabajo ese al final del culo del mundo al que me toca acudir desde hace algún tiempo, pudo ejercitar su derecho constitucional a la huelga sin más problemas que el cacho que me quiten a final de mes, que no va a ser pequeño.

  • Pero mi parte trabajadora no remunerada, esa que vengo ejerciendo con servicios mínimos del 100% en turnos de 24 horas y 365 días al año (366 si son bisiestos), ésa no pudo ejercitar ni un poco tal derecho antes citado. Curiosamente, en la manifestación ya por la tarde, vi un montón de mujeres que llevaban unos carteles que hacían referencia a eso mismo: nosotras también estamos, pero no computamos. Es decir, que aún hay mucho que hacer en este terreno.

  • Igualmente en esa manifestación observé que había un colectivo razonablemente grande de mujeres inmigrantes -sobre todo de América, a juzgar por su forma de hablar-. También mujeres mayores y mujeres acompañadas de bebés y niños en cochecitos. Bueno, estamos en la brecha y enseñando a las generaciones futuras.
La segunda experiencia fue en la puerta del edificio de la Bolsa, en la Plaza de la Lealtad. Yo había quedado por esa zona con otras personas y en un momento dado nos acercamos por ahí, ya que se oía desde lejos un coro potente de voces, cantos y mucha animación. Efectivamente justo delante de las escaleras del edificio se iba concentrando un grupo de gente que cantaba y gritaba sus razones frente a tan significado lugar. Ni que decir tiene que la entrada estaba cubierta por otro nutrido grupo de antidisturbios que, en perfecta formación, se alternaban entre las columnas corintias del pórtico, a modo de atlantes avizores.

Unos cantaban, otros vigilaban...

En un momento dado, de dentro del edificio salió un ser humano masculino, que inmediatamente fue silbado y abucheado por los allí presentes, faltaría más. El citado personaje bajó las escaleras aguantando el tipo, pero al llegar a la acera, prácticamente a mi lado, y sin mediar más provocación que los gritos y abucheos citados, no tuvo a bien otra cosa que empezar a repartir patadas a los allí presentes. El resto es imaginable y además, fue televisado según tengo entendido. Ciertamente había también bastantes periodistas con cámaras y micrófonos en ristre.

Lo que me pareció significativo de esta historia es que pareció una suerte de patético espectáculo de la situación real: gente que chilla y grita con más o menos fuerza, pero gente que como únicas armas portaban banderas y pitos, junto a algunos cochecitos de bebés, que también los había. Un único tipo prepotente, sabedor del poder que representa y que posee de facto, cuya respuesta a los gritos es un ataque en toda regla a esa gente, gente que expresaba únicamente con sus voces toda su amargura por la pérdida de derechos que las actuaciones de tipos como ése están perpetrando contra la sociedad.

Finalmente, resultó muy divertido escuchar al presidente de la CSI, Michael Sommer y su discurso en alemán. Debió llevarse una gratísima impresión del pueblo de Madrid y de sus conocimientos de esa lengua, ya que debido a lo enardecido de su discurso, la gente vitoreaba y aclamaba sus palabras sin esperar a la traducción, solamente por el entusiasmo con que las pronunciaba.

En fin...

viernes, 17 de septiembre de 2010

Experiencias kamikazes

Una de las cosas buenas que me ha proporcionado el cambio de lugar de trabajo es que ya no voy a necesitar gastarme una fortuna en hacer ningún curso de parapente, parkour, bungee, barranquismo o similar.

No, porque los conductores del autobús 625 de la empresa AutoPeriferia me proporcionan las mismas emociones -incluso más, podría decirse- por el precio de un abono mensual B2. Bueno, también valdrían los Larrea, los Herranz o cualquiera de los que circulan entre Madrid y la Sierra, no voy a discriminar a nadie, ya que todos participan en la loable tarea, a juzgar por las carreras que vamos echando al subir la Cuesta de las Perdices, por ejemplo, mientras sorteamos los coches privados con un solo ocupante que tapizan el asfalto.

Hoy mismo, mientras íbamos lanzados por el carril izquierdo de la A-6 hemos podido ver cómo una persona que esperaba en la parada junto a la calle del Colibrí de Las Rozas, se ha quedado con un palmo de narices al no detenerse el bus cuando ha hecho la señal correspondiente, debido a la velocidad que llevábamos, posiblemente más de 100 km/h. Hace unos días, otro conductor que nos amenizó a todo el pasaje con música de Iron Maiden desde el inicio del recorrido, sí pudo parar a tiempo, pero los bandazos que pegamos de un carril a otro fueron tan espectaculares como el volumen del loro (sí, un auténtico loro de los 80 ahí puesto) que llevaba encendido.

Si a esto le sumamos que a menudo toca ir de pie en el bus, las sensaciones son ya de dimensión extrasensorial, vaya.

Curiosamente hoy también me he enterado de que los autobuses que no recorren más de 60 km en sus itinerarios y que no salen de la provincia, no necesitan llevar el conocido tacógrafo, de modo que las empresas son totalmente libres de imponer a sus conductores horarios imposibles de cumplir, turnos de trabajo de más de 12 horas y encima, sueldos ridículos con la excusa de que si no lo aceptas, hay una cola en la puerta para ocupar el puesto.

Me pregunto si no hay una inspección de trabajo que pueda desmontar este tinglado y si a estas empresas les caen los multazos que deberían, porque tal como están las cosas, me temo que los que pagan la tela sean los conductores, en cuyas manos vamos los del final de la cadena alimenticia, es decir, los pringaos que defendemos el uso del transporte público. Que somos los que terminaremos espanzurraos a este paso...

jueves, 16 de septiembre de 2010

Festival Laylat Farah

Ana Saeeda presenta los dias 16 y 17 de octubre, a las 20 horas, el festival Laylat Farah, en el Teatro Casa de Vacas del Retiro, en medina Mayrit.

Es la puesta en escena del trabajo llevado a cabo por su grupo de formación profesional y por los alumnos del grupo de percusión de Tarek Halabi

Además bailará la argentina Kayra

¡ Allí nos vemos !

domingo, 12 de septiembre de 2010

Gemma de Beraza Rivas, Somo (Cantabria)

Tenía pendiente este texto desde el uno de septiembre... Cuando hace pocos días escribí que no había pasado nada este verano, me estaba equivocando como una bestia, porque sí ha pasado algo importante, al menos para mí.

Esto que ha pasado ha sido conocer a Gemma de Beraza Rivas y su estudio de danza dan Ber, en Somo, al lado de la playa del Puntal. De hecho, estás en el aula y oyes el mar, lo que hace de sus clases un evento alucinante, al menos cuando lo que estás acostumbrada es a oír el monstruoso tráfico madrileño.

Gemma es bailarina, maestra de Pilates, deportista y yo qué se cuántas cosas más. Pero lo mejor de ella es su manera de ser profesora en clase: explica, corrige, se esfuerza para que hagas el trabajo que debe hacerse de la manera correcta y encima, es un sol de persona, de esas con las que conectas nada más mirarle a los ojos. Bueno, muchos días, al terminar la clase, me pasaba con ella hablando casi otra hora sin que yo me diera cuenta.

He asistido a sus clases de Streching+Pilates+Yoga durante el mes de agosto y, además de darme cuenta del óxido que tenía encima y de lo importante que es practicar otras disciplinas además de la danza oriental, he descubierto el trabajo tan fastuoso que hace Gemma combinando ésas tres materias. Difícilmente voy a poder encontrar a nadie que haga lo mismo, porque su trabajo ha consistido en diseñar una clase en la que se combinan las tres, pero adaptadas a lo que cada alumno puede hacer. Hemos manejado pelotas enormes de goma, un invento que se llama el jumper, cintas elásticas y nuestro propio cuerpo como elemento de trabajo. Personalmente sus clases me han ayudado muchísimo a aliviar mis pobres trapecios machacados desde hace tiempo por dos tráficos, el ordenador y la pila...

¡Y el alumnado era variado, desde luego! Estaban ahí campeones surferos omnipresentes en la localidad, mamás hace poco paridas, mendas como yo, mujeres algo más mayores a las que he considerado las estrellas de la clase, porque hay que ver qué estupendas, cómo se esforzaban y lo bien que trabajaban, a pesar de dolores, lesiones y demás cuestiones que pa'qué seguir citando...

Quiero agradecerle a Gemma el trabajo que ha desarrollado, su personalidad tan particular y el trato tan estupendo que nos ha dado, como alumnos (sí, el percusionista también asistió) y sobre todo como personas, ahí en su estudio al pie de las dunas. Que lamento no tener un teletransportador o similar para poder seguir yendo a su clase, porque lo haría sin pensarlo dos veces.

Gracias, Gemma, por tu sobresaliente manera de enseñar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

TheCaroVan bellydance videos ال كارافان

Pues rebuscando por ahí he encontrado un blog que tiene unos vídeos muy interesantes y unos comentarios mejores aún, por ejemplo, el que califica a Dina como la persona que más ha favorecido a la industria de la lycra en Egipto.


lunes, 6 de septiembre de 2010

Volviendo a la rutina

Otra vez en Madrid y con todo el curso escolar por delante. Han pasado muchas cosas y en el fondo no ha pasado nada, salvo los días allí entre prados, mar fría y nubes.

Sólo cuando una sale durante un tiempo de Madrid se da cuenta del auténtico significado del concepto calidad de vida, que no solo implica quitarse de encima la contaminación atmosférica, sino que también incluye el quitarse la contaminación acústica, la lumínica y eliminar de tu entorno a un montón de gente atacada de los nervios y con prisas para todo. Incluye también elementos más sutiles como la calidad alimenticia, es decir, que el hecho de ir a comprar tomates, por ejemplo, adquiere una dimensión totalmente nueva: acercarse a la casa del paisano vecino que tiene un huerto en su prao y adquirir lo que -podríamos calificar casi de piezas de museo-, con textura, color, sabor y olor totalmente distintos a lo que una está habituada. Me temo que el mismo día de la llegada, casi me dio un síncope al ver los tomates supuestamente estupendos y carísimos del super-supermercado cercano a casa... ¡parecían caricaturas más que hortalizas auténticas! Otro ejemplo: ir por las alubias frescas y recibir como respuesta que hasta mañana no va a haber porque ya he vendido todas las que trae Fulanita y hasta mañana no volverá a coger de las matas...

Por último citaré un concepto que también quiero incluir en este de la calidad de vida: el espacio para moverse. Una de las cosas que más trabajo me está costando es constreñirme al espacio habitual de casa, cerrada por las paredes de la fachada, los patios y la distancia física impuesta por las escaleras hasta la calle.

Ha sido estupendo poder tener un sitio en el que el espacio de la vivienda se iba diluyendo poco a poco a un espacio verde y a la calle, con un parque infantil en el que todos los peques de la localidad confluían e interactuaban sin necesidad de adultos para llevarles y traerles.

Definitivamente y a pesar de lo que me gusta mi ciudad, hay mucho trabajo por hacer y pararse un poco para repensar si merece la pena estar tan metida en la vorágine.

Un ejemplo de como se vive en otros sitios: esta foto está sacada del Paseo Pereda de Santader, en un portal próximo al antiguo muelle. El viento sur que cita encrespa el mar de tal manera que obliga a tener una entrada alternativa a las casas, por dejar impracticable la habitual a causa del oleaje que este viento levanta: