domingo, 21 de junio de 2009

Una de surrealismo a la madrileña

Hoy ha sido el Dia europeo de la Música (tanto en convocatoria pública como privada...). El caso es que en nuestra querida villa ha habido multitud de conciertos gratis, de todos los tipos de música imaginables.

Hemos empezado en el Templete del Retiro, oyendo a los Layali (esta vez tocaban Tarek, Sameh y Aziz), a las 18'20 horas, más o menos. El calor apretaba y han dado una lección de saber estar, porque aún pegando el sol de plano, ahí han aguantado, sobre todo Tarek que se ha llevado toda la solanera... ¡Felicidades!

Han hecho versiones de oriental clásico que, a pesar de la megafonía un poco peculiar, han quedado muy bien. Ha sido curioso ver como según iban tocando, la gente se acercaba al Templete y se iban acomodando colocando sus sillas plegables en las zonas de sombra de los árboles.

A continuación hemos ido al Teatro Pavón, en la calle de los Embajadores, a ver a Youssef Hillal y la Raïband. Faltaban unos 15 minutos para que empezase el concierto y había una cola medianita (daba la vuelta a la calle de las Dos Hermanas) y una cantidad poco razonable de Policía Municipal en la puerta del teatro. De modo que me he acercado a preguntar qué pasaba, porque nadie se movía.

Resultó lo siguiente:

  • que la gente que había acudido a la sesión anterior (Músicas y danzas de China) no se quería marchar, porque seguía habiendo espectáculo y ya estaban dentro...

  • además, no se sabe cómo (bueno sí, a través de asociaciones y enchufillos varios), había personas que tenían entradas para asistir al concierto, cuando en todas partes constaba que era gratuito hasta completar el aforo y no había entradas que adquirir en ninguna parte para el común de los ciudadanos,

  • por último, estábamos los recién llegados con la pretensión de entrar tal como se había anunciado en los programas oficiales repartidos por todas partes. Unas personas de este colectivo son las que han avisado a la Policia para resolver la cuestión de cómo poder ejercer el derecho a entrar al espectáculo, tal como estaba publicado.

Es decir, mogollón fetén castizo.

Al final han empezado a salir algunas personas (chinas, en concreto) del teatro y a entrar los de la cola. Bueno, prueba superada...

¡Ah, pero no! Ilusos de nosotros, en el patio de butacas había buen porcentaje de ellas vacías de personas pero ocupadas con bolsos, chales y demás pertenencias de vestuario de gentes, al grito de ¡tenemos entradas! han copado los mejores asientos... Me ha encantado la actitud de un señor, algo mayor y que con una tranquilidad pasmosa, incluso guasona, ha conseguido enfervorizar a los enchufados con un simple nosotros también tenemos derecho, está en el programa...

Patinazo monumental de la organización que ha dado por sentado varias cosas que nunca pueden darse: que habiendo espectáculo gratis, la gente se va a marchar (vamos, ni los chinos ni los de Chamberí), que si pone que es gratis hasta completar el aforo, va a acudir mucha gente y que si hay entradas para enchufados, lo normal es habilitar un espacio que ponga Organización o Familia de los artistas o algo así donde colocarles con una cierta discrección.

Afortunadamente el concierto de Youssef Hillal ha merecido la pena y ha borrado todo el mal rollo de la entrada, además con la inesperada aparición de Lubna Shakti en tres números que ha sido fantástica, en el escenario y entre los pasillos del patio de butacas. Me ha encantado, así de simple, es elegante en su danza y sabe bailar, como ha demostrado tanto en los temas de danza tradicional marroquí como en los de oriental clásico.

Ya de retirada hemos podido ver un poquito a Shir en la Plaza de Oriente, tocando para una multitud entusiasta de gente bailoteando, pero ya no podíamos más...

sábado, 13 de junio de 2009

Con a/a

Parece que ya se han instalado definitivamente las temperaturas veraniegas en nuestra medina Madrid y son varias las pegas ello supone para los sufridos habitantes. Sinceramente considero que las más molestas están directamente vinculadas con el dichoso invento del aire acondicionado.

Reconociendo la utilidad del citado chisme en determinadas circunstancias, en general el invento me resulta más molesto que beneficioso, a saber:

- Cuando vas caminando por cualquier calle y recibes directamente sobre la cara el chorro de aire caliente de los aparatos que cada vez más a menudo se instalan tanto en ventanas particulares como en locales comerciales. ¡Oh sensación placentera...! Además de asqueroso (que huele fatal, ya lo habréis notado) sube la temperatura media de la calle una atrocidad y en más de una calle del barrio es preferible ir sorteando los coches de la calzada que caminar por la acera respirando ese aire infame.

- El ruido que general los aparatitos de marras, sobre todo cuando tienes un vecino insolidario que lo deja encendido toda la noche. Claro, los aparatos de dentro de la casa serán muy silenciosos, no lo niego, pero los que se instalan al exterior meten un ruido de narices para los pobres desgraciados que los tenemos instalados al lado de la ventana de la alcoba.

- La sensación sin parangón de estar en la calle a 38ºC, como hoy mismo, y subir a un autobús que -a pesar de la normativa- tiene el a/a a tal potencia que la temperatura del interior es de 17ºC. Puede valer también un vagón de metro, un taxi, el centro de trabajo o la tienda de patatas fritas. Además, los chorros de aire están dirigidos también sobre la cara normalmente, con el gusto que da eso, vaya. Debe ser un claro indicio de vejez, pero me molesta sobremanera esa brusquedad ambiental. Bueno, no, vejez no, porque hace ya la pila de años yo trabajaba en la biblioteca un museo en la que necesariamente debía tener una prenda de abrigo para poder resistir la jornada laboral sin llegar al punto de congelación en el que pretendían mantenernos todos los veranos.

Finalmente quería comentar el que para mí resulta más desagradable de todos, el aire acondicionado en las aulas de danza

Yo no comprendo nada a las personas que acuden a clases de danza y su mayor preocupación es no pasar calor y no sudar.

Para mí (y creo que para todo el mundo que practica un ejercicio físico como la danza) una de las premisas fundamentales es calentar la musculatura bien para trabajar correctamente. Eso implica sudar, sin más. Y si no te gusta sudar, que es muy razonable, pues te quedas en casa tan ricamente o en una terraza al fresco o te vas a nadar.

Personalmente opino que hacer una clase con los aparatos de aire acondicionado funcionando no sirve para nada, lo mismo que estar haciendo ejercicio y que te caiga encima el chorro de aire frío: contractura al canto e incluso infección de riñón (verano pasado -mes de julio-, en una conocida escuela en la que no había manera de librarse de los aparatos infames te pusieras donde te pusieras).

De veras que no comprendo las demandas insistentes de aire acondicionado cuando estas trabajando y sudando a tope (que es lo que yo hago, vaya, para eso me gasto los dineros en las clases). No digamos ya la sensación de bicho raro que me entra cuando digo que yo prefiero que no se encienda, porque me hace mal. Yo creo que si pidiera un bocata de rabas para hacer la clase no les parecería tan extraño a las compañeras como cuando pido que se apaguen los cacharros del aire. Cosa que por cierto nunca sucede.

Durante los 5 años que llevo practicando sólo he encontrado una profesora que no aceptaba que en sus clases se encendiera el dichoso aparato, por la sencilla razón de que no es saludable. Las alumnas a veces protestaban mucho pero ella se mantenía firme y sólo permitía ventilación natural. ¡Bravo por ella!

Es una batalla que sé perdida de antemano, porque la premisa de partida de la mayoría es la que antes cité: ufff, qué caloooor, vamos a poner fresquito... y tal vez yo tenga una especial sensibilidad con el aire frío, que también sucede, pa'que mentir. Pero no me agrada en absoluto estar en la clase esquivando los chorros de aire polar, que positivamente me hacen daño.

Por eso este grito de inconformidad y si alguna vez encontráis a una tía rara que dice que no al aire, pues...

EDITO (21/06/2009): pongo la entrada de Laial Farah sobre este asunto, con algunas aportaciones muy interesantes, Sudar la gota gorda

sábado, 6 de junio de 2009

Atapercu

No, no me he confundido ni nada semejante. Atapercu existe y es un festival de percusión que se celebra en Atapuerca (Burgos). La primera edición fue el verano del 2008 y ya está en marcha la segunda, los días 16 a 19 del próximo mes de julio.

No tengo muchas más noticias al respecto del festival, en su enlace ATAPERCU 09 pueden encontrarse participantes, modo de acceso y otros datos de interés. Este año (Dia 16 de julio) toca el Ensemble Andalusí de Tetuán, formado en el Conservatorio de Música Andalusí de esa ciudad. Excuso decir que, en mi parecer, es la actuación de mayor interés…






Pero lo que quería destacar del asunto es que la aparente desconexión entre Atapuerca y un festival de percusión no ha lugar. Muy al contrario. Probablemente, la percutida es una de las primeras formas musicales que se registran en el acervo cultural de los humanos: sólo hay que dar palmas para comprobarlo. Por eso Atapuerca es un lugar perfecto para llevar a cabo ese festival.

Aunque no tengamos reflejado en el registro arqueológico el momento en que se produce tal incorporación (dar palmas no fosiliza…) sí que tenemos documentados desde momentos muy antiguos la presencia de instrumentos musicales reconocibles como tales, en los comienzos del Paleolítico Superior (hace unos 40.000 años, más o menos) como las flautas procedentes de los yacimientos de Isturitz (Francia) o de Geißenklösterle (Alemania) o, algo más tardías, del Paleolítico Superior Final, las procedentes de distintos yacimientos de la Cornisa Cantábrica como las de las cuevas de La Güelga (Asturias), El Castillo y Rascaño (Cantabria).

En cuanto a la percusión, además de las formas de percusión corporal no fosilizadas que explicaba antes, también existen piezas procedentes de yacimientos arqueológicos que se han interpretado por algunos autores como instrumentos de percusión. Tal vez la más conocida sea el cráneo de de mamut de Mezhirich (Ucrania), decorado con puntos y líneas pintadas de color rojo y huellas de haber sido golpeado (claro que la intencionalidad no podemos determinarla). Se ha datado en unos 15.000 años y en ese yacimiento además se localizaron unas impresionantes estructuras de cabañas elaboradas a base de distintos huesos de mamut también (defensas, costillas, etc.)

Aquí esta el presunto tambor: