viernes, 27 de septiembre de 2019

Micro macro machismos

Desde hace tiempo tenía pensado comentar en el blog este tipo de eventos que nos tocan vivir a muchas mujeres, independientemente de la edad, aspecto y formación que tengamos.

Hace pocos días, en una reunión académica, se produjo la siguiente situación:

Uno de los participantes (hombre hetero, mayor de 60 años y con una altísima capacitación académica, natural de un país de América del Sur) quiso saber qué era el sherry, durante la conversación que estábamos manteniendo en la cena.

Yo le expliqué el significado y todo lo relacionado con el sherry que recordé en ese momento, sin atisbo de duda ni nada parecido, y el señor en cuestión quedó muy satisfecho con el conocimiento recién adquirido.

Peeeeeero…

Otro de los participantes, hombre hetero de entre 40/50 años, con la misma altísima capacitación académica y natural de la Península Ibérica, procedió a indicar, con gran suficiencia, que mi explicación estaba mal y dio otra, completamente falsa e incorrecta, que todo el mundo dio por válida inmediatamente.

Es decir, que todos y todas las presentes dieron por supuesto que yo estaba equivocada y el señor estaba en lo correcto, por más que yo insistiera en que mi explicación era la buena. Es más, alguna miradita condescendiente se le escapó a algunx. En ningún momento nadie se planteó que el señor pudiera estar equivocado. En absoluto.

Me dio tal rabia y coraje que tuve que tirar de internet para demostrar que mi explicación era la correcta.

Sólo después de que todos los presentes mirasen y remirasen en sus teléfonos móviles y que el señor reconociera, con gran asombro por su parte, que estaba confundido, el grupo de comensales aceptó que mi explicación era la buena.

Seguiremos contando.