sábado, 4 de febrero de 2012

Femmina accabadora

Ayer, leyendo esta entrevista, me dio mucha curiosidad la figura que cita de la femmina accabadora. Estuve buscando cosas por ahí sobre ella y aunque no es mucho, aquí dejo estas notas.

La expresión sarda femina accabadora o femina agabbadòra define en Cerdeña a la mujer que era solicitada por una persona con una enfermedad incurable o su familia, para practicar la eutanasia. Normalmente se simplificaba el nombre usando el término accabadora (s'accabadóra  "la que termina", palabra que probablemente deriva del español acabar). Se trataba de una práctica no remunerada ya que era totalmente contraria a los dictados de la religión católica, propia de esta sociedad, aunque nunca faltaba una entrega de sal, harina, manteca de cerdo u otros productos de primera necesidad a cambio.

Solían usar varios métodos para su práctica: entraba en la habitación del moribundo, vestida de negro con el rostro cubierto y que causaba la muerte por asfixia con una almohada, o pegando un golpe certero en la frente o en la nuca del enfermo con un bastón de madera de olivo (su mazzolu); a veces estrangulaba colocando el cuello del enfermo entre sus piernas. Antes de todo el proceso, se quitaban las imágenes de contenido religioso que hubiera en la alcoba donde iba a realizarse esta práctica, lo mismo todos los objetos personales del moribundo, porque se creía que de esta manera era más fácil y menos dolorosa la separación del espíritu del cuerpo.

Los instrumentos que utilizaba fueron una especie de martillo de madera de olivo, en forma de letra T (se ve en la foto, sobre la almohada). Hay evidencias de su práctica en los años veinte del siglo pasado (en Luras y en Oristano). 



Sorprende bastante el silencio de la Iglesia sobre esta práctica, puesto que era imposible que los párrocos la desconocieran y no la denunciaran, ya que las autoridades eclesiásticas se habían opuesto abierta y públicamente a ritos menos violentos que este.

La accabadora solía ser una viuda sola e indigente, que se mantenía de las limosnas de los vecinos y no era raro verlas vestidas de negro, mendigando pan por las localidades donde vivían, aún en torno a 1.960.

Hay referencias a la práctica de la eutanasia activa o simbólica en otras zonas del Mediterráneo, en particular en Salento. Un conocido autor italiano, Saverio La Sorsa, nacido en 1877, cita su presencia en distintas islas por todo el mar.

La tarea de la Accabadora no estaba mal considerada socialmente, al contrario, era vista por la comunidad como un gesto compasivo, como la ayuda al cumplimiento del destino. Su acto es el fin benévolo de una vida que sufre. Es más, se la consideraba como la última madre. Curiosamente, solían actuar de parteras también...

Es decir, que se trata de una práctica que nos pone de frente ante la idea de la mujer como inicio y fin de la vida de las personas, que nos habla de una práctica que probablemente tiene miles de años de antigüedad y que resulta cuanto menos llamativo el silencio que hay sobre su papel social. A la vez necesario y a la vez tapado con velos negros.

Hay todo un museo dedicado a ellas http://www.galluras.it/ en Luras y me pregunto si determinadas piezas prehistóricas de forma similar, que no tienen una funcionalidad bien determinada, pudieron cumplir semejante misión.

16 comentarios:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=43lp5z1nXmU
    No conocía esta figura. Muy interesante.
    Javier

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  2. Qué casualidad, hace unas semanas me leí un libro titulado La acabadora (muy recomendable, por cierto) que iba sobre eso, lo que no sabia (hasta ahora que he leído tu post) es que era una figura extendida y sus prácticas fuesen habituales.

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  3. Y sospecho que mucho más habituales de lo que han permitido que se sepa. En la documentación que pude encontrar, se citan solo Cerdeña e islas de alrededor, pero pa'mi que esto ha debido practicarse por muchos más sitios.

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  4. Puede ser de interés:
    EUTANASIA INFANTIL EN EL MUNDO RURAL DE LA ESPAÑA PREINDUSTRIAL.
    Jordán Montes - 2004

    Xavi

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  5. Me ha llegado un folleto que es la Guía de la buena esposa. Os enlazo un vídeo en el que podréis ver las 11 reglas para ser una esposa ideal.
    No es de extrañar que si esto se llevase a la práctica, la figura de la 'Femmina Accabadora' de Cerdeña podría volver a aparecer.
    http://joseluisregojo.blogspot.com.es/2012/03/guia-de-la-buena-esposa-vs-femmina.html

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  6. Gracias por el comentario, Jose Luís.

    No estoy muy segura de la relación entre ambas, ya que el papel de la femmina accabadora no parece muy concordante con la ortodoxia que refleja el video que propones. Más bien al contrario, es muy trangresora respecto al repugnante ideario este, que por cierto, aparece en un libro publicado por la Sección Femenina de la Falange, para instruir a las mujeres españolas como buenas patriotas, buenas cristianas y buenas esposas... Ahí es ná.

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    1. Perdona Marta por no haber agradecido tu respuesta antes. Hoy he vuelto a aparecer por tu blog y he visto que me contestaste. Un saludo

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    2. Más vale tarde... por cierto, puedes ver más abajo que es un mito literario más que una realidad.

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  7. No soy española y tengo una curiosidad: ¿la figura de la acabadora es totalmente desconocida en España? Gracias, saludos.

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  8. Pues para la mayoría de la población, sí. Tanto la propia femina sarda como alguna similar española.

    Creo que aquí no hay una figura femenina semejante, sí hay mujeres curanderas, parteras, sabias en conocimientos de plantas, etc. Algunos hombres sí, lo puedes encontrar en el texto que se cita más arriba sobre eutanasia infantil rural.
    Pero (que yo sepa) no hay nadie que tenga el papel y el instrumental de la femina accabadora.
    Espero haberte ayudado y gracias por pasarte por aquí. Un saludo,

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  9. Gracias a ti por la informaciòn, has sido muy clara!
    Saludos!

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  10. No existe tal figura. Es como si hablas del Olontzero o el Hombre del Saco. Es un personaje fantástico/legendario.
    Por otra parte, si se piensa, no tiene mucho fundamento práctico. Antes que llamar a la "Accabadora" para que le aplaste la cabeza con un martillo al abuelo, preferiría llamar algún curandero para que le diese cicuta o adormidera, creo que tendría bastante más sentido y sería una muerte, algo menos salvaje.

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    1. Gracias por leer este blog, Juan V. Me temo que es una figura real y documentada, mira algo de esta bibliografía. No sé en qué te basas para afirmar de modo tajante su inexistencia, si nos puedes aportar datos, te lo agradeceremos.
      Alessandro Bucarelli, Carlo Lubrano, Eutanasia ante litteram in Sardegna. Sa femmina accabbadòra. Usi, costumi e tradizioni attorno alla morte in Sardegna, Scuola Sarda, 2003, ISBN 8887758042
      F. Alziator, Il folklore sardo, Zonza, 2005 (1º ed. 1957), ISBN 888470135X
      G Murineddu, “L'agabbadora. La morte invocata” Gruppo Albatros Il filo, 2007(romanzo)
      Dolores Turchi, Ho visto agire S'Accabadora, Iris 2008
      Michela Murgia, Accabadora, Einaudi 2009 (romanzo)
      Pier Giacomo Pala, Antologia della Femina Agabbadòra - tutto sulla Femina Agabbadòra" , 2010
      Anna Fusco di Ravello, Il Gesto Sacro - Vita, salute e morte nei gesti rituali, Venexia ed., 2009

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    2. Justo cuando había respondido a este mensaje vi que el blog estaba sin actualizar y pensé que estaba muerto. Me alegro que no.
      Respecto a bibliografía que mencionas, señalar que la novela de Murineddu es ficción, como también la de M. Murgia, casi un best seller en Italia. De la antología de G. Pala, es un compendio de historias variadas, acríticas, en las que no se discute el mito ni se contrastan dichas habladurías etc. Y eso sin contar con los intereses de Pala, director y propietario del Museo Galluras sobre el personaje (con su réplica del mazo de olivo con el que "L'agabbadora" supuestamente daba fin a sus clientes). Me recuerda a esas exposiciones de aparatos de tortura de la Inquisición, sin ningún interés en el rigor histórico, pero si en la promoción del morbo.
      Por otra parte, cualquiera que haya estado en un trance como la agonía de un familiar, no se imagina llamar a que una persona lo estrangule entre sus muslos o romperle la crisma de un martillazo en la cabeza o asfixiarlo con un cojín. Existen muchísimas alternativas incruentas, sobradamente conocidas en 1800 y pico, momento en el que se sitúa a este personaje.
      Un ensayo crítico sobre el tema se puede encontrar en “L’accabadora immaginaria” de Italo Bussa, con una bibliografía extensa sobre el fenómeno.
      Un saludo.

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    3. Bienvenido de nuevo, Juan V., gracias por tu comentario y sobre todo, por las fuentes.
      Desde luego que hay alternativas botánicas menos violentas conocidas por la humanidad desde tiempos mucho anteriores al siglo XIX.
      Efectivamente llevo mucho tiempo sin escribir, pero a veces pasan cosas que requieren de mayor atención. Espero poder publicar nuevas entradas no tardando mucho.

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Gracias por el apunte.