domingo, 17 de enero de 2010

Exposición Tesoros de las Culturas del Mundo

Ayer, a esa hora en la suele estar todo el mundo tirao en el sofá después de comer, hemos ido a ver la exposición Tesoros de las culturas del mundo en la sala de los antiguos depósitos de agua del CYII, en la Plaza de Castilla. Lo bueno de ir en ese momento es que estaba vacía, con lo cual el esfuerzo de salir corriendo sin cafelito merece mucho la pena.

Ahora bien, me ha sucedido lo mismo que al ver la exposición de los Tesoros de la Hispanic Society, es decir, que he salido con un cabreo bastante serio, ya que en su práctica totalidad las piezas proceden de descarados expolios del pasado. Esto puede comprobarse en las cartelas de las vitrinas facilmente. Para no ser categórica, diré que el 99% de ellas no tienen una procedencia bien documentada, con lo que eso significa.

Algunas de las piezas expuestas son realmente sobresalientes, como la fíbula Braganza o un espectacular bifaz de Olduvai tallado en cuarzo (en mi modo de ver, la pieza más bonita de toda la exposición).

No hay un hilo argumental, excepto el cronológico y la colección está expuesta bajo un amplio criterio geográfico, divididas según su procedencia continental. La exposición merece la pena, sin duda, aunque hay dos gazapos expositivos muy significativos:
  1. El primero de ellos es la clasificación de un ara funeraria cartaginesa, con el símbolo de la diosa Tanit y que claramente dice procedente de Cartago, pero situada en la sección de Próximo Oriente, junto a las culturas sumeria y acadia. ¡¿?!
  2. El segundo es que en una vitrina de exposición de monedas, se quedan tan anchos cuando en la descripción de dos de ellas ponen CERCA DE. Joer, que ésa es una metedura de pata gorda, que las monedas tienen CECA, es decir, lugar dónde se ha acuñado la moneda.
Es posible que haya quien piense que vaya tiquismiquis soy, pero no puede ser que te cobren una entrada (mis euros son buenos, de curso legal) y, aunque se trate de una exposición divulgativa, no se pueden consentir los errores de esta clase. Que aparezcan ya en la exposición pública implica que ha habido varios filtros que no los han visto, sobre todo el de la ceca.

Aún así, conviene visitarla, porque hay también piezas que no es frecuente poder ver, como las de arte plumario o piezas de Oceanía.

sábado, 9 de enero de 2010

El precio de la danza

Un comentario en el blog de la maestra Nejsret me lleva a comentar las siguientes cuestiones.

Como puede leerse, la discusión versa sobre los precios de talleres y clases de danza oriental. Alguien defiende que por la calidad de determinados artistas merece la pena poner precios altos, en virtud también de los gastos de organización que tales eventos suponen. Mi pretensión es argumentar en contra de ese razonamiento, que simplemente me niego a aceptar. No puedo convenir con nadie en que el arte y la cultura tengan precio de mercado: si es bueno, paga por ello. No, porque entonces la cultura, el conocimiento, el arte, la buena comida y a continuación, la educación, la sanidad, etc. etc. etc. quedan en manos de la minoría que pueda pagarlo. Y no, rematadamente no. De ninguna manera, vaya. ¡Elitismos, en el acceso al saber, NO!

Bastantes problemas estamos teniendo ya en nuestra Comunidad de Madrid con cosas muy serias, con logros que durante mucho tiempo se habían peleado, como la educación, ahora mismo muy comprometida su calidad, como para que sigamos extendiendo la idea del "paga" por el resto de cuestiones relacionadas con un elemento tan básico como es la cultura. Creo que en nuestra mano está el pararlo. Claro que vivimos en una economía de libre mercado, pero en mis manos está no pagar un precio injusto. Además, puesta a chinchar, me pregunto si Doña Randa Kamel cobra lo mismo en sus clases cairotas y, sin ánimo de ofender, al fin y al cabo el teatro donde se van a celebrar las actuaciones es de un colegio, con lo que ello significa, por bueno que sea, que lo es.

Por otro lado, tampoco un precio alto es la seguridad para poder disfrutar de un bien de calidad, ni muchísimo menos. Lamentablemente, tanto en el mundo de la danza, de la música, del arte como en cualquier otra actividad creativa, hay mucha gente muy buena que desarrolla su trabajo con precios razonables y, todos, absolutamente todos, en alguna ocasión hemos pagado fortunas por cosas que han resultado ser un auténtico timo. Además, convendría recordar que no es lo mismo valor que precio, Antonio Machado lo expresó claramente en un verso.

Y sobre todo, que me parece que no se puede dejar de reivindicar que elementos como la cultura, la música y la danza deben ser patrimonio social general, no de unos pocos afortunados con dinero para pagarlo. Mercantilizar el arte, sea cual sea, no es sino una forma de anularlo. ¿Cómo se le puede poner precio al valor del arte? No se puede, pero por si acaso, lo que sí puedo y quiero hacer, es evitarlo y para ello, empiezo por no pagar precios exagerados.

Me resulta muy descorazonador ver como se van asentando en el ideario de muchas personas (jóvenes incluidas, curiosamente las que menos parné han manejado de toda la vida) conceptos propios de sociedades neocon, en las que la incidencia de la economía de mercado en la vida de las personas es salvaje. No quiero terminar viviendo en una sociedad en la que pueda repetirse un caso como el de Marla Olmstead

Tres darbukas en directo y una bailarina...

Dejo este video poco conocido de una actuación de Yasmina Gamal (Mariyan), con músicos en directo y qué músicos. No se ve maravillosamente, pero creo que se aprecia bien la complicidad de los cuatro y lo que tiene bailar así.