Pues yo aprendí de muy pequeña que el concierto de primero de año de Viena era muy bonito, que se escuchaba música de buena factura y muy bien ejecutada, que era un privilegio asistir al Musikverein... Hasta era una tradición familiar que lo viéramos tomando chocolate calentito con bizcocho o roscón e incluso tocábamos las palmas al son de la Radetzkymarsch, muy aplicadamente...
Pero a partir de este año el concierto va a verlo su abuelo, porque lo que es nosotros, nanay. Que se lo coman con muchas Kartoffeln:
Anda y que les ondulen...
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Gracias por el apunte.