jueves, 25 de noviembre de 2010

Responsabilidades varias

Pues esta misma tarde, hace un ratito, he vivido lo siguiente:

Calle de mi barrio, chico adolescente que a la legua se le notaba muy poca edad, desde luego, menor de 18, fetén. Chico que se acerca a treintañera estupenda, bien trajeada y mejor peinada (ya se sabe: traje sastre de paño corte Chanel, medias tupidas con taconazos y bolso ad hoc, media melena con mechas y ondas de peluquería muy reciente y cara tontaelculo que te pasas). Chico que le pide un cigarro a la estupenda y estupenda que se lo da, a pesar de que al chico se le veía a la legua que no llegaba ni a los 15.

Yo me paro frente a ellos y le pregunto al chico ¿cuántos años tienes? y chico que responde entrecortadamente diecisiete (...y un jamón con chorreras me digo yo a mi misma) y sale pitando.

La estupenda y su acompañante -con el mismo aspecto espabilao que la citada-, se quedan paradas ante mi intromisión y sin darles tiempo reaccionar, le espeto a la susodicha ¿Te has dado cuenta de que le has dado un cigarro a un menor de edad?

La estupenda (y su acompañante también) sufre un avinagramiento masivo en su cara de tontaelculo y me dice ¡Qué le enseñe su madre! y yo Bueno, pues te informo que has hecho mal esto, y te lo comento como educadora, vaya. Ella, la culpa es del chaval por pedirlo... a lo que rauda le replico O sea, ¿que un menor te pide un cigarro y tú, adulta, se lo das y encima dices que la responsabilidad es suya? ¡ESO SE LLAMA ECHAR BALONES FUERA!

Y ahí la he dejado, con su acompañante murmurando no-sé-qué, debido a mi superpaso rápido de caminata con botas planas.

La historia es tan tonta como cualquier otra, pero lo que me ha llamado la atención ha sido el pasotismo de la estupenda, el hecho de haber dejado de lado su responsabilidad como adulta y como en ningún momento ha reconocido que había hecho algo mal. Desde luego al otro nadie le iba a quitar su cigarro, porque lo que ha tardado en salir corriendo...

Me pregunto si esta actitud ante algo evidente y evitable, pero llevada a los grandes eventos sociales, económicos y políticos, es en parte la responsable de muchos de nuestros problemas actuales.

2 comentarios:

  1. Lo sorprendente es que no acabaras mal con la donante del cigarrillo. Es aparentemente una pequeña anécdota de algo aparentemente menor, pero también es un reflejo de las formas de vida irresponsables que vemos a nuestro alrededor todos los días. Luego no nos extrañemos de los niveles culturales que hay por ahí, de bajo criterio político y escasamente cívico.

    Un abrazo.

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  2. Bueno, muy bien no terminé, no. Lo oí dedicarme ciertos calificativos poco agradables, pero mira, se quedó con su bilis, porque se dio cuenta que estaba haciendo las cosas mal, antes y después del cigarro. Fue un claro ejemplo de ataco para defenderme pero no desde la inocencia.
    Creo que ciertamente sintetizado lo que pretendía destacar con esta historia: una forma muy irresponsable de actuar y encima, la pretensión de defenderla a sabiendas de que no es correca, atacando a quienes evidenciamos ese comportamiento.
    Gracias por acercarte a los madriles, vallisoletano.

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Gracias por el apunte.