martes, 20 de septiembre de 2016

Beirut otra vez

Desde la última entrada en Arqueológica Danza han pasado bastantes cosas, incluido un periodo largo entre Madrid y Cantabria y, sinceramente, poco tiempo para sentarme a escribir.

Ahora, ya de nuevo aquí, en el este del Mediterráneo, pues me animo a contar un par de cosas.

La primera es que el Líbano nos ha sorprendido con una brutal subida de precios que afectan a la alimentación y los productos básicos. Una de las cosas buenas de este lugar era que las verduras y las frutas locales, además de muy buenas, eran muy baratas. Pero ya no lo son.

Por ejemplo, la compra de hoy en la frutería:
  • 1 kg. de calabacines - kusa, كوسة - pequeñitos, de color verde claro y con el pedúnculo que los une a la mata lleno de espinas minúsculas que te destrozan los dedos si lo agarras por ahí


  • 1 kg. de peras de agua
  • 2 granadas dulces - roman helwe, que aquí hay granadas dulces y ácidas (demasiado para nuestro gusto)
  • 3 cebollas indias, que es como llaman a las moradas de toda la vida,
  • un melón de esta parte del mundo, que son así, con un sabor algo diferente (no se encuentran normalmente los de tipo piel de sapo, más conocidos como los de Villaconejos:
Todo esto casi 30 dólares, o sea, una pasta. 

Las repercusiones sobre la vida de las personas refugiadas son tremendas, ya que la mayor parte de ellas apenas consiguen ingresos y esta subida de precios está resultando atroz para ellas.

La otra novedad es que volvemos al problema de las basuras. Vuelven a acumularse por todas partes, incluso hay quien ha visto echar la basura al mar, por el barrio de Jnah, que no es precisamente el más glamuroso de Beirut (qué casualidad...), entre capas de arena que naturalmente el agua se llevará en muy poco tiempo. En fin...


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Gracias por el apunte.