martes, 27 de septiembre de 2016

Sofía o el origen de todas las historias

Otra vez Rafik Schami, o sea, Rafik del Cham (antiguo nombre de Siria y parte del Próximo Oriente).

No puedo decir que no me haya gustado, sería mentir. Pero sí digo que tengo la sensación de que está escrito con cierta premura y hay algunas novedades en el estilo que aún no estoy segura de que hayan mejorado la calidad del escritor. Como en todos sus libros, además de Siria y en concreto Damasco, Beirut tiene un protagonismo destacado.

Lo que se aprecia desde la línea primera es que está escrito desde un conocimiento muy profundo de la realidad siria y que nos puede ayudar a comprender muchas cosas de esta maldita guerra que ya lleva seis años matando a gente inocente.

- Vayamos a comer algo, tengo hambre- propuso Karim al ver un restaurante.
Lo sugirió sobre todo por romper el silencio. Y Salman asintió.
Comieron callados y siguieron su camino. Pasaron junto al centro cultural iraní y no tardaron en llegar a la calle de Yusuf al Azhma. Karim seguía a Salman. Llegaron a la plaza, en cuyo centro se erigía la estatua del mártir al Azhma. Había sido oficial del ejército otomano y el primer Ministro de Defensa de la Siria liberada. Pero esa liberación bajo el mando del príncipe Faisal y de Lawrence de Arabia no había sido más que una bella ilusión. Miles de jóvenes habían perdido la vida en el campo de batalla, cuando hacía tiempo que franceses y británicos se habían repartido las tierras árabes en un pacto secreto. Siria y el Líbano constituían el botín de los franceses.
El ejercito sirio había disuelto previamente la monarquía para que los franceses pudieran ocupar el país sin resistencia. Pero el orgulloso kurdo Yusuf al Azhma no quería someterse y movilizó a la población para que se opusiera a Francia. En 1920 unos tres mil hombres fueron tras él cantando y bailando. Algunos sólo llevaban puñales y narguiles. Los damascenos no libraban una batalla desde hacía siglos. Eran una provincia otomana. Ni siquiera aquéllos con cierta experiencia, los cuatrocientos de la caballería armados con espadas y antiguos fusiles de baqueta, tenían la menor idea de lo que les esperaba. En Maisalún,  a unos 25 km. de Damasco, se enfrentaron al moderno y bien equipado ejército francés al mando del general Henri Gouraud. En apenas unas horas, los franceses con sus tanques, aviones y armamento moderno aniquilaron a más de quinientos hombres. Entre los caídos se encontraba Yusuf al Azhma, de treinta y seis años.
Es el único ministro de Defensa de la historia árabe muerto en campo de batalla.
Salman contempló el monumento. Lo rodeaban el caos de la circulación y el hedor del diésel.



El General Yusuf al Azhma, con el uniforme militar de Ministro de Defensa en Siria. Fue asesinado en la batalla, poco después de que se hiciera esta foto, en Maisalún, en la carretera de Beirut a Siria, mientras luchaba contra el ejército francés el 24 de julio de 1920.


La plaza en una foto de antes de 2010. Se encuentra en una de las zonas "pijas" de Damasco. Justo el edificio triangular tenía una tienda Benetton...




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