martes, 28 de enero de 2014

El Palacio de Aldovea, San Fernando de Henares, Madrid.

En esto de la Arqueología pasan cosas curiosas...

Gracias a ella, he podido conocer sitios, a veces hermosos, a veces terribles y te das cuenta de que se pone sobre la mesa la calidad humana de quienes participan en las excavaciones. También sucede que, a veces, olvidas esos lugares, pero da la cochina casualidad de que, en un momento determinado te viene a la mente el sitio y poco después, una serie de TV te pone delante de la nariz ese sitio y plafff, pues entrada al canto para el blog. Este ha sido el caso del capítulo 16 (175) llamado Cadena de favores, temporada 11 de la serie El Comisario, rodada una parte en uno de esos sitios olvidados (sale hacia el final).

Se trata del Palacio de Aldovea, en la localidad de San Fernando de Henares, un sitio que apenas es conocido en la Comunidad de Madrid, a pesar de que ahora mismo está habilitado para celebrar eventos sociales (y me temo que no por un módico precio...). Hay que llegar atravesando Torrejón de Ardoz, por la carretera de Loeches y desviándose por el camino del Castillo:


El palacio de Aldovea tiene el aspecto característico de muchas edificaciones madrileñas: una planta más o menos cuadrada con torres destacadas en las cuatro esquinas, fachadas y muros de ladrillo visto y granito, una portada principal con escudo nobiliario y un gran patio central al que dan los diversos espacios interiores (escalinata y dependencias varias).

Claro que este parrafillo anterior es una manera muy burda de simplificar todo un proceso de construcción histórico que arranca en el siglo XVI, cuando empieza a aparecer citado el edificio en las fuentes escritas, sobre todo relacionándolo con el arzobispado de Toledo, entonces propietario del terreno donde se asienta el palacio, el soto de Aldovea, a orillas del río Henares y las rentas que de ahí obtenían (de la hierba -para ganado y mimbres-, la leña y la caza que proporcionaba).


El nombre, Aldovea, ha llevado a pensar erróneamente que su construcción se realizó sobre un edificio islámico anterior, cuestión no sería 100% descartable, pero que ni las fuentes documentales ni las arqueológicas confirman de ninguna manera.

La palabra Aldovea vendría derivada de la palabra aldehuela (del árabe andalusí aḍḍáy‘a, la villa, y este del clásico adḍay‘ah الضيعة) pero nada más.

Sí, en cambio, está probado que tanto en el alzado como en la planta se puede determinar la estructura de una casa fortificada, de cronología bajomedieval, s. XV, que posteriormente se modifica para adaptarla a un uso productivo y recreativo. Así se describe un documento de 1501: casa fuerte, cercada de su muralla y cuatro cubos en cada esquina. En 1518 además citan de ella: está a dos leguas de Alcalá ribera de Henares, en un soto donde hay conejos y no tiene armas ni guarnición.

Además del edificio palaciego, hay caballerizas y espacios de servicio (como sótanos, en los que se alberga una bodega y un aljibe) porque el destino final de la edificación fue servir de residencia al cardenal de Toledo las veces que visitaba el soto, que hasta 1802 fueron muchas. En esa fecha, Godoy se lo compra a su cuñado, el arzobispo Luis de Vallabriga y en 1804 se vende a la casa real, en cuyas manos permaneció hasta 1869, fecha en que se vuelve a vender en cumplimiento de la Ley de Desamortización. Es curioso comprobar en la documentación que durante esa etapa (1804/1869) se contrató a dos personas (Joaquín del Álamo y Félix Valdés) para mejorar la explotación de la finca: se pusieron regadíos con estanques y norias, se roturaron y cultivaron tierras baldías y se plantaron árboles y se dio trabajo a más de 100 familias del entorno.


Desde el lado sur se desciende a la huerta y a los jardines, mediante esa escalera de la imagen.

Durante la Guerra Civil, el Palacio sirvió de cuartel general al general Miaja, encargado del frente del Jarama.


Escudo del infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio, hermano de Carlos III, uno de los señores del palacio, como cardenal administrador de los arzobispados de Toledo y Sevilla. Pero no hizo mucho caso del edificio, que terminó el siglo XVIII muy deteriorado...


Para saber más:

El Castillo-Palacio de Aldovea, Julio Escalona Monge, María Luisa Menéndez Robles, Francisco Reyes Téllez. Jornadas sobre el Real Sitio de San Fernando y la Industria en el siglo XVIII: 18 y 19 de octubre de 1996. Parque empresarial de San Fernando, 1997, págs. 325-346.

La casa palacio del Soto de Aldovea: estudio histórico artístico, África Martínez Medina, Ana Isabel Suárez Perales. Anales del Instituto de Estudios Madrileños,  Nº. 29, 1990, págs. 75-106.

Intervenciones arqueológicas en el Real Sitio de Aldovea (San Fernando de Henares, Madrid), María Luisa Menéndez Robles, Julio Escalona Monge, Francisco Reyes. Bolskan: Revista de arqueología del Instituto de Estudios Altoaragoneses, Nº 21, 2004 (Ejemplar dedicado a: XXII Congreso Nacional de Arqueología. IV Edad media/Varia), págs. 155-170.

El despoblado de Baezuela, el soto de Aldovea y el mayorazgo de los Mendoza complutenses en los comienzos del siglo XIX, Luis Miguel de Diego Pareja. Anales Complutenses, Nº. 19, 2007, págs. 259-273.

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