lunes, 31 de agosto de 2015

Ausencia de instituciones públicas

A continuación, un texto del profesor Pedro Alberto García Bilbao, de la URJC, en el que se analiza, de manera certera y bien comprensible, el batiburrillo de movimientos sociales nacidos en los últimos años:

Carmena ha expuesto la idea de que un ayuntamiento puede gestionarse a través de los movimientos sociales. Es preciso ver los detalles, pero así enunciado, este planteamiento es muy peligroso. La idea de Estado Mínimo es la actual bandera del neoliberalismo y su ala extrema, los ancap.

Un ayuntamiento es una institución pública y puede y debe contar con los medios precisos para cumplir con su función social, que es administrar los recursos públicos para garantizar a los ciudadanos sus derechos sociales en el ámbito local. Ver la política y el ayuntamiento como un enemigo per se es algo reaccionario.

Los neoliberales dicen que la sociedad civil debe prevalecer, y por ella entienden básicamente a las empresas. Y los neoprogres a los movimientos sociales, llamados a sustituir a la política. Ni una cosa ni otra.

El anarco-sindicalismo, a quienes por otra parte, jamás veréis en tv o radio porque les han borrado de los medios de comunicación plantea algo muy diferente: la extinción del estado y vertebrar la sociedad a partir de los sindicatos organizados por ramos de producción, es decir, una confederación de comunas de producción, con propiedad colectiva y sin propiedad privada, unido todo por una cultura fuerte de identidad como trabajadores basada en el bien común. Hablar de limitar el estado y olvidar este planteamiento es muy peligroso. Si desaparece el estado lo que tenemos es que ese espacio lo ocupa la mafia o cualesquiera organización de poder organizada por los poderosos, defender lo público es, en ese sentido revolucionario.

Los neoliberales, por mucho que se autodenominen «libertarianos» son en cambio una puerta a una sociedad despótica, basada en el dominio de los fuertes, sin bien común, y organizada en castas. El neoprogre a lo que nos lleva es al desarme ideológico, a la derrota y abrir la puerta a los neoliberales. Frente a este planteamiento, los republicanos lo que proponemos es un estado democrático, comprometido constitucional y prácticamente con la defensa y puesta en práctica de los recursos que garanticen a las personas sus derechos sociales y sus libertades.

El ayuntamiento debe extender su acción hasta donde haga falta, constituyendo unidades de trabajo en cada área de gestión, incluyendo administración, pero también producción y distribución si es preciso: empresas municipales, cooperativas, lo que haga falta. El ayuntamiento debe cooperar con las iniciativas ciudadanas, pero el ayuntamiento no es neutral, debe ser laico, democrático y defender los intereses públicos. El reto es una función pública bien desarrollada para cumplir sus funciones, con una cultura de trabajo y pertenencia colectiva fuerte, que haga que funcionarios, maestros, obreros, jardineros, bomberos, lo que haga falta se sientan orgullosos de su trabajo, de su función de servicio a la comunidad y puedan, desde su unidad de trabajo, participar en la gestión y dirección. La democracia debe empezar en las unidades de trabajo, en las empresas, con la cogestión de los trabajadores. Los neoprogres y los neoliberales siempre se olvidan de estas cuestiones.

A todo esta exposición, me permito añadir que una parte de los potentes movimientos que hubo en los años 70, sobre todo vecinales, han sido destruidos hasta las entrañas en muchos barrios, al menos de Madrid. Eso no ha ayudado, al contrario, ha contribuido a desdibujar la idea de asociacionismo y del verdadero significado de actuar en grupo. A eso le sumamos la actividad de las ONGs que bajo la labor humanitaria que cumplen, lo que verdaderamente hacen es lavar la cara del mismo sistema que provoca las catástrofes sociales que pretenden paliar.

Hay en el texto del profesor García Bilbao una referencia importantísima:

Si desaparece el estado lo que tenemos es que ese espacio lo ocupa la mafia o cualesquiera organización de poder organizada por los poderosos, defender lo público es, en ese sentido revolucionario.

Ahora mismo resido en un país en el que la ausencia del estado es casi total. Esto condiciona la vida de la gente (acceso a servicios y bienes públicos, censos de población -no se hacen desde el año 1932, vaya a ser que quienes llevan en el poder desde entonces lo pierdan-, organización del trazado viario, conservación ambiental, etc. etc.) de una manera que hasta que no se vive, no te haces una idea de la importancia que tiene, si se quiere vivir de una manera mínimamente igualitaria. Ahora hay unas enormes manifestaciones en Beirut, pero me pregunto bajo qué organización se están llevando a cabo.

De modo que así andamos...

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