martes, 19 de abril de 2016

Adan y Darwin

Éste es el título de uno de los libros escritos por mi queridísima profesora Mª Ángeles Querol Fernández. Tuve el placer de asistir a sus clases de Geología del Cuaternario y Culturas Paleolíticas, asignaturas en las que, a pesar de lo árido del nombre, aprendimos a tallar sílex, a distinguir los horizontes de los suelos y que el agua tiene una sola costumbre: el ir siempre hacia abajo. Por cierto, echando un vistazo a las asignaturas actuales del Grado en Arqueología de la UCM, no ven nada de Geología y verdaderamente es una pérdida, porque se aprenden un montón de cosas bien interesantes.

Este libro Adan y Darwin está publicado con el número 5 en la serie Arqueología Prehistórica de la Editorial Síntesis en 2001. Su objetivo es demostrar que a pesar de los avances en la investigación sobre la Evolución Humana y de las técnicas novedosas que se vienen aplicando en datación, excavación y demás tareas, la génesis humana, tal como se ha venido contando en los libros de texto y en las Universidades ha cimentado las bases de la sociedad capitalista occidental, es decir, esta historia ha contribuido a edificar ideas como la diferencia individual sobre la grupal, la defensa de la acumulación de riquezas y especialmente, del poder del patriarcado.

Ahí va la cita:

A finales del siglo XIX el paradigma de la mujer débil y frágil creado por el Romanticismo y la burguesía occidental, había llegado a sus cotas más altas. Nadie podía imaginar a las mujeres realizando trabajos duros -a pesar de que continuaba siendo tan campesina como siempre-, transportando pesos o batiendo récords olímpicos. Por el contrario, en ella todo debía ser mansedumbre, pureza y recato. Esto tenía que ser certificado de alguna manera, con ese certificado perfecto e irrebatible que da el Pasado cuando lo dice alguien que maneja los pensamientos y las palabras.

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